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CUID
SWC-60546
TITULO_SERIE
SUBTITULO_SERIE
El tatuaje como espacio de resistencia, archivo y creación
SINOPSIS_SERIE
Espacio de reflexión internacional y multidisciplinario que aborda las dimensiones simbólicas, estéticas y sociales del tatuaje en la contemporaneidad. Reúne a especialistas en arte, identidad, patrimonio y prácticas corporales para reflexionar sobre el tatuaje como marcador identitario y archivo vivo inscrito en la piel.
Trans*tatuar se propone una revisión crítica de las relaciones entre arte y cultura, y explora las posibilidades del tatuaje como práctica cultural en diálogo con la historia, la documentación y la resignificación
EXTRACTO_SERIE
Trans*tatuar es un espacio internacional que reflexiona sobre el tatuaje como práctica cultural, marcador identitario y archivo vivo, explorando sus vínculos con el arte, la historia, el patrimonio y las dimensiones sociales del cuerpo
TITULO_PROGRAMA
SINOPSIS_PROGRAMA
Analiza la relación entre el tatuaje y el patrimonio cultural, abordando procesos de documentación, conservación de técnicas e instrumentos, así como la creación de archivos y museos dedicados a resguardar la memoria y los saberes del tatuaje
EXTRACTO_PROGRAMA
Explora la relación entre el tatuaje y el patrimonio cultural, desde la documentación de técnicas hasta la conservación de instrumentos y la creación de archivos y museos especializados
N_PROGRAMA
4
N_TOTAL_PROGRAMAS
4
DURACION_TOTAL
01:07:52:23
PARTICIPANTES
Regina Granados Rojas, tatuadora
Vera Lugo Audirac, tatuadora
Roberto Candia Salazar (Don Tito)
Raymundo Vinay Velázquez, aprendiz de tatuaje
Nahuel, moderadora
SEMBLANZA_PARTICIPANTE
Regina Granados Rojas (RegInk)
Artista visual y tatuadora nacida en la Ciudad de México en 1991. Estudió Artes Visuales en la UNAM, donde se especializó en dibujo de retrato. Su trabajo aborda la identidad femenina desde una perspectiva autobiográfica, con énfasis en el desnudo y el retrato en técnica black & gray. Ha participado en 21 exposiciones colectivas, publicado en medios digitales y ofrecido talleres de dibujo, pintura e ilustración. En 2019 publicó TATUAJE, Ensayos sobre el diálogo entre cuerpo y dibujo e impartió seminarios sobre técnicas de tatuaje. Actualmente, es socia del estudio Prime Time MX.
Vera Lugo Audirac (Zaza Fire)
Tatuadora mexicana con más de 25 años de trayectoria. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y complementó su formación en distintas disciplinas. Ha realizado residencias en estudios como Maya Tattoo, BODYCO Tattoo y True Love Tattoo and Art Gallery, y ha sido invitada a colaborar en Inked Expressions y Black Sparrow Tattoo. Su trabajo ha sido exhibido internacionalmente y ha participado en iniciativas benéficas como PINK y Tats for Foods. Reside entre Seattle y Puerto Vallarta, consolidándose como figura pionera del tatuaje en México.
Roberto Candia Salazar (Don Tito)
Tatuador de origen colombiano cuya trayectoria se desarrolló en contextos penitenciarios de México. Aprendió las bases del tatuaje en Lecumberri en la década de 1970, donde perfeccionó su técnica durante años de reclusión. Continuó su práctica en otros centros como Santa Martha Acatitla y los Reclusorios Norte y Oriente. Tras su liberación en 2010, consolidó su carrera como tatuador. Reconocido por su estilo “canadiense”, es considerado un referente en la historia del tatuaje mexicano, particularmente por su papel en la transmisión de saberes en contextos marginales.
TIPO_ACTIVIDAD
DISCIPLINA
PALABRAS_CLAVE
Arte contemporáneo | Arte popular | Conservación de documentos | Conservación de obras de arte | Diseño | Escultura
TRANSCRIPCION
Hola a todos, sean bienvenidos de nuevo a este quinto coloquio del el tatuaje trans tatuar, una disculpa por el pequeño detraso que hubo, pero pues ya estamos aquí de nuevo. Les recordamos que no se puede comer ni tomar bebidas en el recinto y pues vamos a continuar con la tercera y última mesa de este coloquio. Esta mesa lleva de nombre Tatuaje y Archivo, la cual tratará de patrimonio, conservación y saberes. Esta mesa analiza la relación entre el tatuaje, el patrimonio cultural y la conservación, incluyendo la documentación de técnicas, la preservación de instrumentos y la creación de archivos y museos especializados. Aquí solamente van a ver tres ponentes, dos de esos ponentes nos encuentran aquí y nos presentaron unos videos en vez de su experiencia. Y la primera de ellas, del video que se va a presentar, es Vera Lugo Audirac, mejor conocido como Sasa Fire, estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y con distintos estudios en otras disciplinas. Es una tatuadora con más de 25 años de experiencia. Ha desarrollado una trayectoria internacional con residencias en estudios como Maya Tattoo, Bodhiko Tattoo y True Love Tattoo and Art Gallery. Su estudio ha sido reconocido en exposiciones internacionales y ha sido artista invitada en estudios como Ink Expressions y Black Sparrow Tattoo. También ha participado en eventos benéficos como Pink y That's for Boots. Actualmente divide su tiempo entre Seattle y Puerto Vallarta, consolidando su posición como una de las tatuadoras más destacadas a nivel mundial y pionera del tatuaje mexicano. Un aplauso por favor. Hola Ciudad de México, mi nombre es Vera Lugo. Es un placer estar con ustedes el día de hoy, aunque sea de esta manera, debido a mi agenda de trabajo, me mantuvo en estas fechas en Estados Unidos. Y agradezco muchísimo al profesor Gamboa por la invitación a participar en este coloquio y por su comprensión acerca de los cambios que se tuvo que hacer para incluir este video en la mesa de trabajo. De antemano les pido disculpas por la manufactura casera del video. Espero que mis palabras y el mensaje que pretendo transmitirles sea alcance el propósito con el que es emitido. El tema de esta mesa de trabajo podría parecer un tema de índole práctica y metodológica. Al menos, así es como yo lo percibí en su momento, cuando el profesor me comentó que esta era la mesa en la que a él le interesaba que yo participara. Conforme fui construyendo mi aportación, me fui dando cuenta de la importancia, de la significación de lo que aquí se discuta, va a tener, el impacto que va a tener en la manera en que vemos el tatuaje. Sin más preámbulos, voy a leerles lo que he pensado, lo que a través de mi experiencia de 27 años en este medio me ha aportado. y sobre todo lo que he tratado de discernir a partir de lo que he aprendido de muchísima gente, de mis propias experiencias, de lo que he leído, de lo que he investigado acerca del tatuaje. Siendo el tema de la mesa el archivo y documentación del tatuaje, lo primero que yo me pregunté para escribir esto fue, bueno, ¿y dónde se guardan los tatuajes? En el corazón, fue mi primera respuesta. ¿Los tatuajes se guardan en el corazón o los guardamos entre las ropas? Los tatuajes, de hecho, no se pueden guardar en cajones. Los tatuajes se llevan. Es imposible no llevarnos. Una vez que los tenemos, están inscritos en nosotros. Cuando guardamos algo, esto implica que hay una pertenencia. Se guarda algo que le pertenece a alguien o se guarda de alguien, se protege de algo o de alguien. Si yo me tatúo, mi tatuaje me pertenece a mí o le pertenece a la persona que lo hizo. Si yo lo llevo, ¿cómo lo guarda la persona que lo hizo? Como tatuadores, ¿los tatuajes que hacemos nos pertenecen a nosotros o le pertenece a la persona que lo lleva, que lo usa, que lo pide, que lo paga y que lo porta? Antes de preguntarnos dónde guardaremos los tatuajes, ¿no valdría la pena aclarar o discernir a quién realmente le pertenecen los tatuajes? Esa es mi pregunta. El tatuaje es una forma artística muy particular. De todas las expresiones artísticas reconocidas entre las artes con A mayúscula, existe una división medianamente clara entre el producto artístico y quien lo adquiere. Ejemplos. Un músico crea una pieza musical y el espectador la escucha o la compra, la consume en forma de disco, de un boleto para un concierto, en una plataforma digital, etc. Un bailarín crea o recrea una coreografía y el espectador la observa y tal vez hasta baile con ella, si se atreve. Un escritor escribe un poema o un libro y el espectador o lector lo lee cuando quiere el libro o cuando alguien más lo lee lo salta, etc. Creo que podemos ver aquí esta división entre el creador, el producto y el espectador o consumidor del producto cultural artístico. No sucede así con el tatuaje. Aunque puede parecer así cuando una persona adquiere un tatuaje que es un diseño de flash, que el tatuador diseñador tiene en exhibición para su venta. Ese diseño no es un tatuaje hasta el momento en que el consumidor espectador siente su piel transgredida por la aguja, convirtiéndolo en el sostén o soporte físico de la obra. Si el cuerpo de un cliente, consumidor del tatuaje, es el sostén o soporte del tatuaje, sostén o soporte físico del tatuaje, cuando yo soy el tatuador, ¿cómo guardo mi obra? ¿Cómo le reclamo? ¿Por qué los tatuadores no firman sus tatuajes? Si nos remontamos a los orígenes del tatuaje, el tatuaje no era un producto artístico. El tatuaje era una práctica ritual y por lo tanto no le pertenecía a ningún individuo. Los tatuajes se creaban con símbolos e imágenes tribales y colectivas. Por lo tanto, no le pertenecían a quien los portaba, pero sí le daban pertenencia. Conforme el tatuaje ha ido evolucionando y la humanidad ha refinado sus expresiones artísticas cada vez más dirigidas a la individuación que no al individualismo. Hay que hacer esta aclaración, es muy importante. Estamos en una era en la que se confunden conceptos. El tatuaje, el arte que se está produciendo en la actualidad, no son prácticas artísticas que fomenten tanto el individualismo como la individuación. El reconocernos como individuos únicos e irrepetibles, parte de un colectivo, es muy diferente a considerarnos solos en esta multitud de realidades. Pero bueno, ese es otro tema. Entonces, la individuación pone a los portadores como a los creadores en una posición de compartir los derechos sobre la obra o el producto artístico. El proceso de creación artística del tatuaje es inevitablemente, inevitablemente un proceso colaborativo y principalmente por esta razón es por la que en principio los tatuajes tradicionalmente no se firman. No como una pintura, no como una partitura, no como un libro. Un tatuaje se hace y se va. La transacción comercial económica que tiene lugar también contribuye a esta particularidad. Cuando el portador consumidor paga por el producto artístico, se convierte en su dueño. Pero además, en el caso del tatuaje, la persona portadora no solo paga de manera comercial y económicamente. El convertirse en el soporte de la obra conlleva una especie de pago en especie que conlleva dolor y participación del proceso creativo en primera persona, justo al mismo tiempo que el tatuador creador crea el producto en sí. Ahora, hablando de la imagen, del diseño, de la creación gráfica bidimensional, ya sea en papel o digitalizada, esta imagen es una creación original o en colaboración con el portador cliente, pero es una manufactura honesta cuando estamos hablando de una práctica profesional. La posibilidad de esta imagen de ser plasmada, el hecho de que se haga un dibujo o un diseño con nuestras manos, con nuestra información, o incluso utilizando inteligencia artificial. Es definitivamente este proceso que hace que el tatuador sea el dueño de la labor, la habilidad, los conocimientos y la contribución estética y personal que se pone en esta imagen. Por estas razones es por las que es muy difícil determinar a quién le pertenece el tatuaje. Y sea a quien sea que es a quien le pertenece, ¿cómo lo guarda o cómo lo conserva? La fotografía y los archivos gráficos han servido como la opción más viable de documentación y conservación de la obra tatuada. De la obra que se ha tatuado. Pero realmente la obra como tal no puede ser archivada. No podemos tener cuerpos o brazos o torsos o piernas ahí guardadas, ¿no? La obra en sí no se puede guardar. Esa naturaleza, eso es debido a esa naturaleza extraña de los cuerpos de querer pertenecerse a sí mismos. ¿Y qué otra cosa es el tatuaje sino la reapropiación del cuerpo? Estas cavilaciones tal vez no resuelvan el problema o la pregunta de, bueno, ¿y dónde guardamos los tatuajes? ¿Cómo los archivamos? ¿Cómo los documentamos? Sí nos plantea, sin embargo, de manera muy clara el verdadero significado de adquirir un tatuaje, de realizarlo y de crearlo. El tatuaje presenta esta aparente contradicción entre su permanencia y la imposibilidad de retenerlo o detenerlo, de quedárnoslo y realmente apropiarnos de la obra que realizamos como tatuadores. La fotografía de obra, los archivos de memorabilia, los archivos de diseño y flashes que existen en diversos museos del tatuaje alrededor del mundo. Lo que guardan y archivan es el proceso de la aplicación y creación del tatuaje y el registro fotográfico. Actualmente los medios digitales también contribuyen a documentar la práctica. Es mucho más fácil guardar todo en una página o en un perfil de una institución digitalizada que tener las fotos o los dibujos originales. Que bueno, también eso existe y se debe y es mucho más atractivo que se haga. Desde mi punto de vista, aunque esta labor es loable, benéfica, educativa y definitivamente debe hacerse, seguir haciéndose y buscándose nuevas maneras de hacerlo más efectivamente y de que esté al acceso de más personas, la naturaleza epistemológica de la práctica del tatuaje se sigue y seguirá resistiendo a ser guardada. Los tatuajes quieren ser vistos. Mientras los cuerpos sigan siendo cuerpos de carne y hueso, con almas y espíritus humanos, apropiarnos del tatuaje y guardarlo, preservarlo, hacernos dueños de él, será, desde mi perspectiva, filosóficamente cuestionable. El tatuaje es ritual, es experiencia, es presencia. es efímero en su permanencia es tuyo y de nadie más por el simple hecho de estar en tu cuerpo es tu experiencia corporal con una huella estética y los tatuadores somos de verdad un instrumento un instrumento con muchos conocimientos con muchas habilidades con la aportación que le damos a la creación de las imágenes que los clientes se llevan es innegable y es valiosísima. Pero finalmente, en el tatuaje sin cliente, no hay obra. Punto, se acabó. Espero que mis palabras no estén demasiado revueltas. Espero que estas palabras tengan un eco en su aprendizaje, en su... No que compartan mi perspectiva, pero que se pregunten por qué el tatuaje es lo que es y por qué nos atrae tanto, tanto crearlo como adquirirlo. De esta práctica, de esta particularidad de esta práctica, viene su atractivo y su magia y su misticismo. Tendría mil millones de cosas más que platicar con ustedes que me encantaría explorar. Me gustaría estar ahí y poder responder preguntas y escuchar sus puntos de vista. Desafortunadamente no es así. Ojalá que en algún momento pueda yo saber de qué manera mis palabras les han tocado. O no. A lo mejor, nada. Buenas tardes, buenas noches, lo que sea ahorita por allá. Muchísimas gracias. Disfruten el coroquio. Aprendan muchísimo. Hasta luego. Un aplauso a Zaza Faire que seguramente está viendo esto a la distancia, así que muchas gracias por el video y por poder compartir estas experiencias. Un gran aplauso a Zaza Faire, por favor. Un gran aplauso a Zaza Faire, por favor. La siguiente parte del coloquio va a ser, pues, Don Tito, que voy a leer su semblanza. Es un honor para mí presentarles a Roberto Cándia Salazar, mejor conocido como Don Tito, o el último tatuador de Lecumberri. Es un referente de la cultura del tatuaje mexicano. Su obra refleja resiliencia, determinación y una profunda conexión con la cultura. Su trayectoria se ha desarrollado en contextos desafiantes. En 1974 fue sentenciado a 35 años de prisión en Necumberri, donde conoció y aprendió del señor Miguel. Perfeccionó su arte y creó diseños que reflejaban la cultura y espiritualidad de los internos. Con el tiempo adquirió experiencia y privilegios que le permitieron continuar en diferentes centros penitenciarios, incluyendo el Santa Marta Catitla y los reclusorios Norte y Oriente. En 2010 salió en libertad y continuó desarrollando su carrera como tatuador. Su experiencia y habilidades lo convirtieron en un referente de la cultura del tatuaje mexicano Reconocido por su estilo canadiense y su contribución significativa a la tradición del tatuaje mexicano Y con él está Raimundo Velázquez, su aprendiz Que también nos va a estar acompañando aquí durante su sesión en la que va a construir una máquina en vivo Así que por favor, un gran aplauso a Don Tito Muy buenas tardes si se escucha, buenas tardes agradezco mucho a la institución de aquí del Senado y en especial al maestro Gamboa que me hizo la invitación para estar aquí un momentico charlando con ustedes y pues si de hecho voy a hacer una máquina que para mi tiene un gran valor, quizás para muchas de las gentes que he tatuado con este tipo de máquinas, pues digan ¿qué valor puede tener? Pues sí, tiene un valor muy especial para mí, puesto que en el lugar en el que yo estaba no había nada de ese tipo de máquinas actuales, pero mi máquina es una máquina rotativa, es el principio de las máquinas actuales, y se se le llama rotativa porque se rota y bueno, con todas las carencias que había ahí traté de expresar mi sentir, mis ansias de libertad, incluso mi rebeldía contra la sociedad, que estaba yo equivocado puesto que yo estaba con la idea de que salga y yo voy a seguir siendo esto y yo quiero ser como mi patrón, mi patrón era el señor Pablo Escobar, fue fue mi patrón, y no sé si ustedes sepan tener a este señor, pero yo deseaba ser como él para poder ayudar al pueblo, a mi gente, pero estaba equivocado, entonces conforme iba pasando el tiempo ahí, fue como vino a mí una luz muy especial que fue el tatuaje, para mí el El tatuaje es, como se menciona, resistencia, resiliencia, fuerza, es una luz muy especial para mí. Yo lo amo el tatuaje. Bueno, también a las damas, primero a las damas y después al tatuaje. Pero para mí es redención el tatuaje. Para mí esto me ayudó a sobrellevarme la pena que llevaba. eran muchos años, pero he logrado algo, dejar un pequeño grano de arena para el hermoso mundo del tatuaje. Y bueno, pasaba el tiempo y cuando me hicieron mi tatuaje, ahora veo que los tatuajes, a mí me ha gustado ver todo este tipo de eventos que jamás por mi mente pasó, que se llevaran a cabo, que incluso las damas que hace un ratico vi están todas tatuadas y es hermoso ver el tatuaje en la piel del ser humano y que lo ama y que se presta para hacer, porque nosotros los tatuados y los que tatuamos, nosotros dejamos impresos en la piel del que se va a tatuar una historia de vida, una historia de un amor, una historia de un desamor, somos libros vivientes de historias pasadas, tanto dolorosas como buenas, somos libros vivientes de las historias que han plasmado otros tatuadores. Yo desde el año 1972, 73, 74 sigo tatuando, y bueno, sigo luchando por dejar una pequeña huella de mi paso por este mundo. Y fue así como empecé a hacer una maquillosa. A mí me cobraron 15 pesos por este tatuaje en el pecho, en el Palacio Negro del Converri, me lo hizo un señor llamado Miguel, que fue el que realmente me transmitió o me enseñó. No es que me haya enseñado así directamente, yo vi cómo preparaba la tinta, cómo hacía la tinta, porque en ese tiempo no había tintas entonces él preparó la tinta y observé como hacía todo ese ritual de la tinta yo le llamo así porque posteriormente cuando yo empezaba a hacer la tinta yo veía figuras fantasmales en la tinta en el humo que salía de los peines que quemaba y veía figuras raras yo veía como diablos, como cráneos entonces cuando el señor Miguel ya no lo vi a lo mejor salió libre lo mataron o cayó al castigo ya no lo volví a ver y entonces viene a mi mente y lo evoco y mi respeto es para el maestro o a lo mejor pensaba yo, a lo mejor fue un diablo que te heredó el tatuaje Tito o a lo mejor era un ángel que se fue a los cielos y te dejó el tatuaje para ti y desde ese momento que ya no lo vi yo empecé a preparar y a hacer experimentos con quemar los peines y preparar la tinta. Cuando la tuve fue cuando empecé a hacer mis primeros tatuajes. Mis tatuajes son, empecé a tatuar las rosas, pero las rosas, yo tenía nociones del dibujo porque me gustaba el dibujo, pero me faltaban los lápices, entonces buscaba un lápiz, ¿dónde lo encontraba? En la cárcel no había nada. Acudía yo al centro escolar de los que algunos iban y de los que otros no iban, porque una persona que es un delincuente que está en ese lugar, pues en realidad no se preocupa por salir adelante, siempre está con la idea de, porque todo es maldad ahí, todo es malo, en esa zona oscura todo es malo, entonces no les interesa. hasta que logré conseguir un pequeño lápiz y boceteaba y dibujaba. Y una ocasión bajé a los pasillos de la Crujía E en el Palacio Negro del Lecumberri y me encontré el envoltorio del Mazapán La Rosa. Si han visto el Mazapán La Rosa, ¿verdad? Hay una pequeña rosita ahí. Entonces, en cuanto yo la vi, me gustó tanto que dije, pues esta rosa, esta rosa yo la voy a tatuar. No sé cómo habrán hecho ese envoltorio, pero conseguí un poco de loción en la crujía L, que era la de los presos de mejor posición económica, conseguí un poco de loción y me apliqué en la piel y puse esa rosa aquí. Y para mí, mi fortuna y para mi gusto, vi que se quedó la rosa ahí. Entonces ese es el primer stencil que utilicé en el Palacio Negro de Lecumberri para empezar a tatuar mis rosas. Y digo mis rosas porque eran mías y eran negras, no eran colores. Cuando tú quemas un plástico o algo, se hace humo y ese humo, pues es negro. Y todo era acorde para llevar una tipo así como de palacio negro de lecumberto. Todo era negro, todo era la oscuridad total. Y ahora veo todos estos eventos y me da una alegría inmensa de ver a las señoritas, estaban tatuadas, todo ese body suit que realmente me alegra el alma, ¿no? y fue así como pasó el tiempo pero en ese tiempo yo trabajaba nada más con la agujita amarrada en un palo en un palito y picaba la piel pero hay algunos camaradas que pican punto por punto y eso se le llama puntillismo pero yo sin tener esa noción del tatuaje nadie me dijo esto así, hazlo así yo estaba creando mi propio estilo y cuando encuentras tu propio estilo no sé si hay muchos tatuadores ahorita en este momento que levante la mano alguno, bien, algunos de todos ustedes cuando encuentren su propio estilo, se van a encontrar a sí mismos, se van a encontrar a ustedes mismos, se van a crear su estilo propio, entonces mi estilo es el estilo canero, digo canadiense para que se oiga más bonito, más plus, porque me da pena decir que estuve preso, me da vergüenza decir que estuve preso, pero las circunstancias eran de esa manera y pues aquí estamos. Entonces ahora le llaman Han Pock a ese estilo de la agujita y increíble, yo ya lo hacía. Y el señor que me tatuó ya lo hacía. Y otro señor anterior a él también ya lo hacía. Y así, así, así, que no hay nada archivado, que no hay fotos porque en la prisión no hay fotos, no hay. Ahora ya tiene su celular a los parceros que tienen una plata y bueno. pero el tiempo fue pasando me llevan a un reclusorio y ahí nos dieron un plato una cuchara y un pozuelo de aluminio siendo que en Lecumberri no alcanzaba ni comida y teníamos que agarrar hasta con no sé yo oí que haber camaradas que tenían sombrero en ese tiempo y echaban su rancho el rancho es la comida la ración que le dan a uno porque no había ni platos y ya cuando nos dieron un plato y nos dieron una cuchara yo me robo la cuchara y fue cuando hice una máquina y después ya hice esa máquina de cuchara, no sé si les voy a mostrar una así rápidamente porque el tiempo se va y bueno son situaciones que la vida me fue poniendo en ese camino para pues desafortunadamente Personalmente me tocó hacerlo. Estas son las primeras máquinas caneras. Y esto es una cuchara. Es la cuchara que nos dieron para comer ahí y yo la desaparecí, se perdió la cuchara. Pero yo tenía la idea de hacer una máquina. E hice la máquina, le dicen ahora de cuchara, pero también es rotativa. y todo esto nadie lo sabe hasta este momento lo voy a comentar porque yo iba a Sastreía para conseguir una aguja cuando ya tuve la posición de ser el cabo de la vagina en Lecumberri que es algo bien difícil pero lo logré cuando tenemos la capacidad la actitud, el deseo de hacer algo así esté bien cabrón la situación pero lo haces entonces iba yo a a Sastrería y una ocasión vi al camarada que metía la tela en la máquina y vi la aguja como bajaba hacia una velocidad cabrona metiendo hilo y entonces vino a mi mente algo así increíble. Y pensé, ¿y si esa aguja en lugar de meter el hilo en la tela bajara a tinta? ¿Se impregnaría en la piel? Y fue como entonces vino a mi mente de hacer una máquina y ya la hice en el reclusorio. Pasó el tiempo y mi mente seguía volando, seguía volando y tenía una loquera así medio rara, pero muy positiva. Y fue cuando encontré encendedores en las celdas y dije: "Eses sonidos para qué servirán, algo tengo que hacer". Y fue cuando hice una máquina de encendedor. Y estas máquinas son muy funcionales, son muy prácticas y funcionan. Entonces mencionando que hacía la máquina de encendedor, dije bueno y como le vamos a hacer, entonces yo dije bueno, el encendedor es normal este, aquí tiene una pieza que abre y cierra la válvula para salir la llama, entonces quitas esta pieza de aquí, quitas el resorte que por cierto ese fue el primer, la primera aguja, lo estiras bien, bien, bien, bien, se observa así, ¿verdad? Y este lo afilas, cortas, y esta es la aguja para tatuar. Después quitas esta otra pieza y, como no había material ahí para hacer pinzas o cosas así, pues tienes que abrir, y aquí ya tenemos esta pieza así. Esta pieza que está aquí es la que regula la llama. ¿Se ve bien? ¿Sí, verdad? Entonces, esta máquina, bueno, perdón, este encendedor se va a convertir en una máquina. Una máquina para tatuar, que son de las más hermosas que yo he tenido en mi vida. Yo no imaginaba que también en la calle ya habían hecho algunas máquinas, pero había máquinas de bobinas. Y otro camarada, yo pienso que alguien que estuvo ahí en la prisión también salió a la calle y ya había visto cómo se había hecho una máquina. Empezaron a hacer las máquinas de pluma o de cuchara. Entonces en la calle ya es una máquina casera o callejera. Y la que se hace en la prisión es una máquina canera. En este caso ya no es canera porque la estamos haciendo aquí, ¿verdad? pero este es el cartucho que ahora es el principio de los cartuchos actuales. Esta válvula que regula la llama del encendedor, ¿si la ven? Ahora son unos cartuchos, pero ya vienen adaptadas las agujas para la máquina PEN, ya vienen 5 RLS, estoy bien, 7 RLS y así, entonces se coloca. y trabajan. Después se hace un corte en el encendedor, se le hace un orificio aquí, se mete el resorte y sale por acá, amarro un pequeño motor aquí con hilo cáñamo y queda esta máquina. Si hubiese un poquito de corriente aquí verían cómo funciona la máquina. Es muy funcional, está muy bonita, pero es la máquina de encendedor canera. Está chida. ¿Quieren verla? ¿Alguien de ustedes? Por ahí, chequenla. es el motor de los Wattman Allá adentro había camaradas que se dedicaban a... Había grabadoras, había en ese tiempo Wattman, unos pequeños como... Dixman decían algunos, ¿no? Entonces los camaradas arreglaban porque el que tenía una posición de una plata tenía una grabadora o así, entonces yo se las compraba. Pero después de lo que fue el resorte, se acabó el resorte entonces conseguí al camarada que andaba tocando en la visita con su guitarra y le compré un pedazo de cuerda de guitarra y esa fue la aguja y hay tatuajes con cuerda de guitarra y después ya apareció la aguja de Shakira y ahora ya por lógica ya los cartuchos para la PEM para otro tipo de máquina más actual y pues sí, claro muy bien, muy bien perdón, si me late, me late es que cuando yo hablo de tatuaje me voy, yo amo el tatuaje para mí fue alguna luz especial un aplauso un aplauso A continuación se va a presentar Bueno, muchas gracias a Dantito Ahorita igual va a tener un momento de preguntas Y demás comentarios en el que también Él podrá explicar más cosas También Ray si quiere llegar a comentar algo También pues está completamente invitado Ahorita vamos a hacer una pequeña pausa En su presentación para alcanzar a presentar Un video de otra de las ponientes también es como en video que va a estar presentado. Y este es por Regina Granados Rojas, conocida como Regin, que realizó para este colocho. Nació en 1991 en la Ciudad de México. Estudió artes visuales en la UNAM y se especializó en retrato y tatuaje. Su obra explora la identidad femenina a través del desnudo autobiográfico. Ha impartido talleres de dibujo, pintura, ilustración de moda y artes plásticas. Su trabajo ha sido presentado en 21 exposiciones colectivas y publicado en cuatro revistas digitales. En 2019 publicó Tatuaje en San Jose sobre el diálogo entre cuerpo y dibujo e impartió dos seminarios sobre técnicas de tatuaje. Actualmente se desempeña como tatuadora, especializándose en retratación técnica Black & Grey. Es socia de Primetime MX, una estudio de tatuajes que se enfoca en la formación de tatuadores experimentados. Así que igual seguramente va a estar viendo esto desde la distancia, así que por favor, un gran aplauso para el rey King. Y pues se va a presentar el video. Muchas gracias. Hola a todos, muchas gracias por invitarme nuevamente a participar en el coloquio de tatuaje que se presenta aquí en la Escuela de la Esmeralda. Estoy muy emocionada de participar, aun cuando no estoy presente, y pues quiero compartirles unas reflexiones que escribí acerca de mi tema, que tienen que ver con el archivo vivo y el tatuaje de retrato, por supuesto. Para los que me siguen o conocen mi trabajo, saben que me enfoco en tatuar retratos, y académicamente, como artista visual, también es un tema que me apasiona, por eso he estado ahondando en el tema a través del tatuaje. Quiero hablar un poco históricamente y estéticamente cómo el retrato ha sido esta transcultura hoy en día a través del tatuaje. Y hacer hincapié en que, pues si bien desde la antigüedad el retrato era un símbolo de estatus o un símbolo de privilegio, pues el retrato no se representaba más que por encargo para nobles y para aristocráticos. Tiene desde siempre y hasta ahora la importancia de inmortalizar a una figura o a un personaje. La preservación de la memoria y de la identidad es de lo más importante para el retrato, sea cual sea el soporte que lo contiene. Estéticamente puede ir desde un papel, desde una hoja o un bastidor. Y actualmente en el tatuaje lo estoy llevando como un ritual y lo estoy llevando como una etapa del retrato más marginal y más contracultural. El tatuaje en sí es una declaración tanto visual como emocional porque creo tajantemente que quien decide llevar consigo un retrato está consciente de que va a llevar a un ser que ama o que amó y que lo va a llevar para toda la vida con él. En este punto, el retrato también es un acto de identidad, de pertenencia y por supuesto de memoria. Puede ser un homenaje en vida o muerte y un acto de resistencia sobre todo al tiempo. ¿A qué me refiero con esto? Que el tatuaje, por ejemplo, de un bebé, de un niño, de una mujer, van a seguir teniendo la misma edad aunque el cuerpo o el lienzo envejezca. Estéticamente también vamos a hablar del retrato como un reto técnico, ya sea en un lienzo, como una pintura o del tatuaje. El retrato va a llevar, por supuesto, una habilidad tanto en la precisión como en el conocimiento anatómico. Va a llevar sombreados, va a llevar varios aspectos sensibles a la creación visual. En este caso el lienzo pues respira, envejece, se mueve, transpira y tiene otras cualidades que no las da cualquier otro soporte como la escultura o como la pintura. Creo que es aquí donde se conjugan en el presente el arte, la historia y la emoción para generar un retrato. Y por supuesto es un vínculo de identidad que puede ir desde lo individual hasta lo colectivo. Creo que lo individual existe incluso en el tatuaje de autorretrato. Hay muchas personas que deciden hacerse a sí mismas porque tienen como esta apreciación de sí mismos. Y de la manera colectiva, cuando alguien se realiza, por ejemplo, el retrato de la abuelita y los demás familiares al ver el retrato y encuentran esa conexión emocional, por supuesto que se identifican y quieren hacérselo también el hermano, el primo, los tíos y demás familiares entonces por supuesto es un moderador social puede ser también un retrato espiritual, un retrato de fe que puede ser católico que puede ser de cualquier religión y puede ser por supuesto también un acto político y obviamente no es para todos El tatuaje específicamente de retrato creo que es el único que se separa de algunas otras técnicas o de algunos otros temas de tatuaje, ya que puede ser exactamente algo no decorativo, sino más narrativo. Creo que escribe y describe, por supuesto, lo que alguien no quiere olvidar y por supuesto es un archivo vivo, que es de lo que estamos hablando el día de hoy. Puede ser un homenaje vivo, puede ser algo íntimo, un duelo y una resistencia al paso del tiempo. El llevar un retrato es el acto más humano para recordar con el cuerpo. El retrato puede ser una conexión emocional, puede ser una historia compartida, puede ser una persona que literalmente habita en la otra. Muchos de los retratos o de los tatuajes de retratos son específicamente de una ocasión en especial. La foto de un recién nacido, la foto de los padres en su boda, el retrato de la abuela porque ya falleció, el retrato incluso de alguien perdido o de alguien que están extrañando o añorando tener. El retrato es un acto de transcultura, es un acto subversivo y desafía la lógica institucional. Sacamos el retrato del marco, del lienzo, de la galería, del museo y de toda institución para llevarlo al cuerpo y volverlo un acto académico en un lugar que ya no es ni aristocrático ni burgués, sino una práctica popular, corporal, excluida, marginada y quizás no bien vista todavía por las generaciones que nos anteceden. Esto lo vuelve también un acto político. El cuerpo es un museo autónomo, lo privado se hace visible y sentimental y resignifica lo íntimo como valioso. Justamente le da como memoria y significado a las cosas que no cuenta la historia. y por supuesto es un acto rebelde, es un acto que en sí mismo trae algo que no nos pertenece o que trae la vida de alguien ausente, por ejemplo. De esta manera quiero hablar de que el retrato ha sido como la forma en la que he llevado el tatuaje a otro nivel que no logré hacer a lo mejor con la pintura o con el dibujo. Creo yo que es como más esta asimilación de de verdad traer en vida algo que no podemos tener al mismo tiempo presente o que nos gusta mucho la idea de tenerlo con nosotros mismos y que envejezca con nosotros, sea lo que sea o cual sea la situación. Y es también una forma cultural de narrar historias porque lleva también arte, lleva una técnica, lleva cada tatuaje o cada rostro que hago, una temporalidad, una técnica que en este caso es la tinta y la aguja, lleva un formato, lleva un tamaño y lleva por supuesto un lienzo que es el archivo vivo. A continuación voy a presentarles algunos testimonios que más que nada es este primer acervo que tengo ya de tatuajes de retrato y viene la narración de lo que significa traerlos consigo mismo, de ser esta parte del museo autónomo o del museo viviente, y que no está como desplegado del arte convencional. Bueno, pues el primero que me hice fue el retrato de mis papás y ese me lo hice porque es mi vida completa, son mi fuerza, es mi todo. Y aunque a ellos no les gusta tanto que los tenga tatuados, a mí de manera particular esa foto, que fue justo cuando ellos se casaron, me gusta mucho. Porque me gusta cómo los veo, lo que representa esa foto, verlos juntos, ver lo que construyeron, la familia que formaron. Y entonces por eso decidí tatuármelos, porque esa foto, además de que me gusta, ¿qué puedo decir? Es mi mamá. Es lo que más amo en esta vida. Sinceramente, pues no sé qué decir al respecto de que la sienta tatuada, pero pues igual para recordarme algún día, que espero que falte mucho, que ella no esté, pues recordarla así sonriendo, ¿no? Pues ya sabes cómo son las mamás. Me dijo, ay, yo no quiero eso, no gastes tu dinero. Es como mi identidad que fui creando en cuanto a ese estilo de música y pues no sé, de moda se puede decir. Lo fui creando desde adolescente, entonces he venido como trayendo toda esa onda en mi vida. De hecho antes traía rastas, traía dreadlocks, entonces pues es como mi identidad lo que me representa más que nada. Básicamente pensar en raíces, ¿no? Desde antes, desde hace tiempo, que no es una moda en tanto así si uno lo ve, sino una religión yo soy amante de los tatuajes y al ver todos los días la imagen de mis papás en mi piel confirmo que es una de las mejores decisiones ellos me recuerdan todos los días lo que soy y son las personas que yo más abrigo esas fotos en particular son de la misma época y yo creo que es una de las fechas o de las épocas en donde los vi más felices y yo con eso me quedo Ellos me han dejado los mejores momentos, los mejores recuerdos y para mí siempre es un orgullo todos los días mostrarlos y llevarlos conmigo siempre. Bueno, pues en conclusión, creo que mi parte favorita de Tatuara del Retrato es justamente el punto más nostálgico donde el lienzo ve la obra terminada y le llega como esa emoción de reconocimiento. Al final el rostro es el medio de conexión entre los humanos y es la forma como más propia y efímera también como de encontrarse con uno mismo. Entonces me gusta mucho hacer retratos por esta forma de representar a alguien de verdad importante para el cliente o para el lienzo en este caso y que reconozca esa emoción pues en sus rasgos físicos al ver ya el tatuaje. estoy creando el archivo vivo pues prácticamente desde que empecé a tatuar hice un archivo de tatuajes o de fotografías de los tatuajes que hago y nunca había como asimilado que tengo demasiados retratos que pues obviamente técnicamente han avanzado en calidad pero que ninguno sea bueno o sea malo ha perdido pues esa característica propia y humana del reconocimiento facial de un ser querido o amado. Y pues de mi parte sería todo. Muchas gracias nuevamente por invitarme al quinto coloquio de tatuaje y espero sigan más de cerca mi trabajo y puedan observar un poco a detalle cómo es que funciona esta dinámica de hacer retratos en tatuaje. Muchas gracias también al maestro Gamboa por la invitación Y a todos los asistentes que me están viendo en este momento y que lo podrán ver después también. Gracias. Muchísimas gracias. Con este video damos por concluida la mesa, pero pasando a una ronda de preguntas, comentarios, cualquier cosa que puedan provocar una conversación con Don Tito, Son totalmente libres de hacerlo. Aquí ya tenemos una manita levantada. Nada más que pasen el micrófono. Muchas gracias por su atención en este quinto coloquio. La pregunta es para Don Tito. Una pregunta. Ahorita, bueno, hace rato que comentabas de la máquina que es creada con una cuchara. ¿Qué fue que le comentaste a los guardias cuando te preguntaron? ¿Y la cuchara por qué desapareció? ¿O cuál fue el motivo de su desaparición? Muy buena, muy buena pregunta. Sí, eres sabio, mujer. Pero ¿sabes lo que pasa? Que si desapareció la cuchara, yo no la tenía en la mano. él había ocultado y todo lo que se ve en ese lugar se oye y se calla. Se ve, o más bien ni se ve ni se oye y se calla. Entonces nadie dijo nada, preguntaron, dije sí, que esto, que eso, pero pues quién sabe y desapareció. Esa es la respuesta. Pero ya tenía yo para hacer mi máquina, que era lo importante. Hacer una máquina. No sé si hay alguna otra pregunta, algún comentario, o alguien más que quiera ver la máquina hecha con el encendedor, si mal está por ahí. Aquí es más pregunta de cómo fue que se te ocurrió usar la cuchara. O sea, en algún momento alguien que inventa o alguien que innova tuvo que haber visto de primera mano un antecedente para eso. O sea, en algún momento alguien que inventa o alguien que innova tuvo que haber visto de primera mano un antecedente para eso. Anteriormente. ¿Cuál fue el suyo para hacerlo de la cuchara? ¿Cuál fue el suyo para hacerlo de la cuchara? Estaba mencionando que el día que yo fui a por un hilo y una aguja a Sastrería, yo vi cómo trabajaba la máquina y bajaba la aguja así rapidísimo. Entonces dije, bueno, si está aplicando hilo en esa tela, pues qué pasará si esa aguja en lugar de aplicar el hilo, inyecta tinta. Entonces pensé, bueno, ¿y cómo le hacemos para llevar a cabo la...? Por lo que necesitamos un alma, algo que pueda amarrar el motor y funcione y trabaje de esa manera. y fue como empecé a hacer esa máquina. Y ya cuando la tenía, pues ya tenía yo la tinta, puesto que ya trabajaba yo con la agujita así, al estilo handbook que le dicen ahora. Entonces ya con la máquina ya hecha, necesitaba yo pilas, ya que había amarrado la cuchara, le quité la parte de aquí con la que sope a uno, Y doblé e hice un ángulo y amarré el motor de una grabadora. Pero todo era nada más unas ideas, dije, bueno, pues, como experimentando, como buscando algo. Y como me basaba en que la aguja bajaba así, entonces con el motor, dije, pues tiene que haber un motor para que baje rapidísima la aguja. Entonces, para usar unas pilas, el motor se gastaba rapidísimo. me duraban como media hora, una hora cuando mucho, y hacía pequeños diseños. Y fue cuando, buscando en las bibliotecas de la cárcel, encontré un manual de electricidad, y fue cuando hice la primera fuente de poder para que funcionara mi motor. En un vaso con agua mencionaba que echabas agua y sal, metías un cable y hiciste tierra, entonces ya sacaba el cable del ducto corriente y cuando conecté los polos del motor, el motor empezó a girar, a girar, a girar, y dije ¡ah, qué bien! Ya está funcionando la máquina y fue cuando conseguí la cuerda de guitarra y fue así como esta fue la primera fuente de poder, que ahora todos tienen una fuente de poder, que ya es digital y todo tiene sus cambios. Pero eso fue el principio para poder hacer una máquina. O sea, lo que me llamó la atención y me dio esa fuente de inspiración, es ver que la máquina bajaba rapidísimo. Y dije, pues si se hace una máquina y en lugar de hilo baja la aguja rapidísimo y ya con la tinta, y fue así como empecé a trabajar, ahí la respuesta. Pero no tenía noción alguna de cómo hacer una máquina, todo fue experimentando. y por si no sabías en los Estados Unidos el que hizo el primer prototipo de una máquina o algo para tatuar, ¿sabes quién fue? fue el señor Tomás de Alba Edison él fue el que hizo la primera máquina y después la dejó ahí porque su mente volaba y empezó a crear otros tantos inventos y ya después apareció el señor Samuel O'Reilly y basándose a esa máquina, él seguía basándose a la máquina que había hecho Tomás de Alva Edison, el que inventó la bombilla eléctrica, hizo una máquina ya eléctrica y de ahí sacaron la máquina de bobinas, pero eso fue en los Estados Unidos. Por eso es que muchas veces los americanos luego se quieren adjudicar el tatuaje, pero el tatuaje ni es de ellos, ni es mío, ni es del anterior señor que me tatuó, el tatuaje es de la humanidad. y de quien lo porta. Así es. Muchas gracias. Quiero tiempo para aproximadamente dos preguntas más. Entonces, por favor, Entonces, por favor, a una. Hola. Bueno, primero que nada, me gustaría mucho agradecer toda la información que has compartido porque siento que de verdad pone en perspectiva la realidad. Como que en este espacio se compartan testimonios, es maravilloso y mi pregunta yo lo que quiero preguntar es que me quedé fascinada como con la historia de el mazapán y como que el mazapán y como que de ahí sacaste la flor de ahí sacaste la flor y tengo mucha curiosidad como de qué otro tipo de imágenes creaste durante la estadía en el reclusorio o sobre todo también cuando te pedían tatuajes, cómo era o sea, qué imágenes te pedían o como tú dibujabas y también te pedían tus dibujos y si se puede también que nos compartas y si se puede también que nos compartas cómo sentiste la transición a cuando tatuaste ya fuera del reclusorio. Mira, el tatuaje sabemos que son tatuajes de pertenencia, algunos tatuajes de elite, como de posición social, para tener estatus para tener un lugar hasta incluso últimamente si yo tengo un tatuaje igual al de mi amiga soy parte de ese grupito entonces en la cárcel lo que pedían eran rostros el divino rostro decimos la carita de Jesús pero normalmente me pedían letras con el nombre de mamá mencionaban aquí la chica de las fotos y también se hacían fotos ya después hice fotos y mencionaba que se dedica al tatuaje black and grey pues este es el tatuaje el black and grey pero canero porque al paso del tiempo o se hace grisáceo o se hace azul o la forma de preparar la tinta pero si te piden en la cárcel me pedían mucho el nombre de mamá, el nombre de su hijo hasta incluso me pedían el nombre de su chica y yo le decía no te tatúes el nombre de tu mujer ella ¿cuántos años tienes de sentencia, no pues que tantos pues te va a dejar aquí amigo y después no pues me lo tapo pero en fin, cada quien tiene es respetable todo pero si hubo un momento en que pidieron tatuajes de la santa muerte pero ese ya era para un grupo muy especial esto era la gente de la mafia que pedía un tatuaje para exclusivo y había otros que pedían un tatuaje religioso que el divino rostro y la figura o la imagen de San Judas Tadeo. Pero normalmente eran tatuajes en nombre de mamá, en nombre de mi niño, o me pedían que hay un angelito. Entonces para dibujar un ángel allá adentro tenías que tener esa capacidad. Bueno, pues agarrabas el lapicito, ahora ya no, ahora ya veo que tienes su tablet y todo ya está puesto. Perdón para la nueva escuela, pero es la verdad. Ahora ya todo lo tienen aquí y antes no, yo tenía que agarrar el lapicito. ¿Sabes con qué borraba yo? Con el migajón del pan. Agarraba el migajón y esa era la goma. Entonces teníamos que crear, teníamos que hacer diseños personalizados, únicos, exclusivos. Pero yo no tenía esa idea de que esto se fuese a considerar un arte, una gran industria. Y ahora industria millonaria, ahora todo el mundo anda tatuado. O en ese tiempo una niña tatuada, pues se veía muy mal, si a uno lo veían mal, porque nada más era tatuaje exclusivo de reclusos, de expresidiarios, de malandros, de rebeldes, de drogadictos. Entonces, imagínate una niña tatuada. Y ahora veo a las chicas del bodysuit que trabaja en el hermano Lágrima y me sorprendo. Y digo, poca madre, qué bonito, ¿no? Y cuando salgo a la calle, pues sí me sorprendo más de ver todo este tipo de máquinas, máquinas bobinas. Y luego ya empecé a ver las otras máquinas, la pen. Pero este es el principio de la pen. Esta es la mamá de la pen. Porque es una pluma, sabemos que la pen es una pluma, nada más que ya es más grande, con otra armazón, con cartuchos, y yo nada más utilizo una aguja, pero le quito la puntilla de aquí de esto, y amarro, yo amarro agujas, no soldo agujas, yo las amarro con hilo, y para que queden así bonitas juntas, hay que tener una capacidad, una habilidad muy chida, perdón la expresión, pero todos hablamos así ya, así que chido y la verdad es increíble que ahora sigo trabajando ese tipo de tatuajes sí me sorprende ahora ver todo esto pero te vuelvo a comentar ahora ya es una industria y una industria millonaria, todo mundo gana plata ahora todo el mundo se quiere tatuar, ahora las niñas son las que más se tatúan ahora hay expo tatuajes de mujeres tatuadoras Es increíble para mí y es hermoso lo que es el tatuaje, lo que ha hecho el tatuaje. Ahora hasta la mamá te llamaba la atención y dice, no te tatúes, ¿por qué te tatúas? Tatúate el trasero. Y luego ya llega la chica y dice, mira mami, ya me tatué el trasero. Tú me dijiste. Increíble, ¿no? Vamos con la última pregunta de esta ponencia. Marc tiene toda la respuesta. Nos quedan más o menos cinco minutos ahorita. Nos quedan más o menos cinco minutos ahorita. Sí, adelante, adelante. Y si se termina, seguimos hablando acá ahorita para que sepan cuántos. Y si se termina, seguimos hablando acá ahorita para que sepan cuántos. Muy bien. Muy buenas tardes. A mí me gustaría que dos cosas. Una que sí me puede compartir la técnica de la fórmula de la tinta. Una que sí me puede compartir la técnica de la fórmula de la tinta. Ah, sí, eso hubiera estado chido. Que si nos comparte el tatuaje que le hizo la persona. Que si nos comparte el tatuaje que le hizo la persona. ¿Quiere ver mi tatuaje? Sí. Está excheverón. La técnica de hacer la tinta canadiense o canera, les repito que yo digo canadiense porque me da pena decir canera, ¿no? Porque canadiense es más bonita, ¿no? Y luego me decían, cuando voy a ir en la calle, te voy a tatuar con la máquina canadiense, ¿eh, carna? No manches, la compraste en Canadá, no sea tonto, mire, así, así, así, pero es esta, ya, bueno, ok. Entonces lo que pasa que todo plástico, yo tenía, ya después me adapté una maderita, y todo plástico pues se quema, entonces se produce mucho humo, es el hollín que le llamamos, y se acumula en la maderita aquí. La volteaba, la raspaba, echaba en un recipiente o en un cacharro, como así se dice en la prisión, el léxico de la cárcel. Y después yo practiqué, como en mi celda no tenía yo agua, hasta se va a oír medio raro, pero la verdad, no había agua. Entonces, cuando empecé a experimentar, utilicé gotas de orin. y echaba pasta de dientes y champú para el cabello. Agitaba y amarraba la agujita y me picaba aquí. Entonces, pues son mis genes, ¿no? No pasa nada. Y si ustedes saben que cuando hay una situación de gravedad, que no hay agua, si tú bebes tus orines, pues sobrevives, ¿no? O sea, ese es el ritual de la tinta canera. Y con respecto a... Ah, sí, que me tengo que quitar la playera, perdón. Bueno, me la voy a quitar. No, pero así nada más, ¿no? Se ve muy este, porque necesito quitarme todo esto. Pero bueno, mi India está muy bella. Yo la guardo y la llevo en la piel. Esta India es una India sioux, porque resulta que mi mujer... Yo estuve en los Estados Unidos y viví en un tipi, ¿saben qué es un tipi? Bueno, yo viví en las Dakotas, en una reservación de indígenas americanos, Sioux. Y cuando a mí me detuvo migración y me regresaron para, me sacaron de los Estados Unidos, quise recordar a mi mujer y yo por eso quería una indígena americana, Sioux. Entonces llegó a mi piel y la traigo en mi piel, mi mujer se llamaba Rocío, Mi hijo nos quedó con ella allá en Las Dakotas y no jamás les volvió a ver. Entonces, para volverla a tener en mi piel, en mi alma, es una indígena americana. Al estilo Hank Pock me lo hizo el maestro Miguel. Y donde quiera que estés Miguel, pues gracias, te agradezco que me hayas enseñado el hermoso arte del tatuaje. ¿Sí se ve, no? Está chula. Está bonita Lo bello de este maestro Es que nunca puso Una calca, un transfer O un stencil Yo le dije yo quiero una indígena americana Y él hacía Mano alzada Empezó a hacerlo Nada más me dijo si vas a aguantar Si adelante Te cobro 15 pesos Y 15 pesos en Lecumberri Era mucha plata ¿Sigue bonita o no? Agradecemos a nuestros ponentes por compartir sus conocimientos a las autoridades que hicieron posible este encuentro y sobre todo a todos ustedes quien con su presencia han dado vida a este diálogo Les esperamos en un año en el sexto coloquio y que sigamos dejando huella en la historia del tapaje mexicano Muchas gracias Gobierno de México Segundo piso de la Cuarta Transformación
SISTEMA
ATSC
DOCUMENTO_DIGITALIZADO
Sí
FECHA_AUTORIZACION
04/06/2025
FECHA_INGRESO_ENTREGA
14/07/2025
INGESTO
Jorge Vallejo Gutierrez
BARRA
Divulgación
TEMPORADA
2025
CONDUCTOR
Nahuel, moderadora
TEMA_CONTENIDO
El tatuaje como práctica cultural: arte, identidad y memoria
FECHA_GRABACION
04/06/2025
LOCACION
CLASIFICACION
B
IDIOMA_ORIGINAL
Español
REALIZACION
Carlos Barrón López
PRODUCCION
Elvira Sánchez Salgado